"Quiero ser un uno anónimo,
sumergido bajo la cúpula
de tu pubis, enraizado entre tus muslos".
Pedro López Ávila
Eres pluma de libertad calibrando mi deseo.
Aunque sabes de mi infinito,
necesitas contar mis desvelos,
los suspiros rojos que te nombran,
el llanto de mis manos vacías
cuando no te toco.
El viento se hace ala de paloma
en tus labios.
Trepo volando por la caricia
indivisible de tu cuerpo.
Hay un giro perenne de luz
en mi nuca
(la primera travesía del Hombre
en busca del fuego
y su supervivencia evolutiva).
Secuestro el aire que separa
el azahar de su aroma
y te envuelvo
(¿no es tu beso mi interrogación única?).
Cuando fluímos, arrastrados
por la corriente amarilla de los astros,
siento tu lenta invasión de mar
y mi luna íntima regresa
a su instante alborotado de pájaros.
La vida se diversifica contigo.
Todas las esporas
llevan el color de tus ojos.
El mundo es tuyo y yo abrazo
el océano en su longitud púrpura.
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