Serás paz en mis conflictos abstractos. Contemplaré junto al mar el bálsamo de algas fucsias. Pensaré en ti sin que el cielo se mueva demasiado. ¿Cuántos planetas se han hundido ya en la arena blanca de la luna? Permanece ingrávido ese verso que hablaba de tus manos:
tu caricia en 2026, detrás de una caracola gigante de jazmines
y un beso de humo rojo,
tus labios unidos al movimiento horizontal de las nubes
y la verdad innata congelándonos los huesos.
[Hoy la vida transcurre en su reflejo. ¿Puede llegar a ser luz, la sombra de un oasis?]
Vendrá la primavera y no estarás a mi lado. Contaré a diligencias, ovnis y canoas cada beso que no me diste. Regresaré de espaldas a nuestros lugares invisibles. Le quitaré rocas y arañas azules al abismo y un río de margaritas rojas flotará sobre la costumbre.
No veré a la noche hacerse estrella única. No brotarán más rosas abiertas en mis grietas de lascivia.
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