Echar de menos es
perseguir avispas,
contar estrellas cuando despierto,
llevar montañas al mar
para que no se vean las olas,
olvidar el abecedario
y hablar de memoria,
mirar al cielo continuamente
para sujetar las nubes con los ojos,
detener el aire,
respirar de puntillas,
separar el mundo en dos
una y otra vez,
regresar al infinito con las manos atadas.
Quererte.
Ser una línea más de la ausencia
mientras la soledad domina todas las selvas.
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