jueves, 23 de febrero de 2017

Energía renovable

Soy gota 
esperándote
en los labios, 

como un sueño de pájaro tendido en la línea roja que une oriente y occidente. Me muevo en la horizontalidad del tiempo. Un jardín de luces pequeñas parpadea en mi pensamiento y se inicia la búsqueda de tus dedos en aquel horizonte donde se encendió por primera vez la vida instintiva del Hombre. ¿Hasta cuándo tu piel será el bálsamo de mi cuerpo? La quietud del mar acaricia mis silencios, deja pausas de su corriente en el suspiro curvado de mi cuello. 

El mundo se empequeñece detrás nuestra hasta ser una idea. Por fin me besas,

sol y nada coinciden en la misma nube, se incendia una hilera de rosas alrededor de mi boca, olas traslúcidas atrapan mariposas marinas, se desordenan frutas dentro de figuras geométricas, oigo un grito de algodón azul (la llamada del cielo, la luz superviviente de la distancia, la voz caída de un ángel) al borde de un acantilado de Albufeira, se actualizan las teorías de la física: tu calor en mi calor representa una forma diferente de energía que me transforma y me renueva.



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