martes, 28 de febrero de 2017

Recuerdos de interior

¿Cuántas veces voy a olvidarte hoy? Cada día es una hoja en blanco con tu nombre y así no puedo acumular experiencias libres. Me pesan los ojos. Serán las lágrimas de siempre y la tela de araña de los recuerdos de interior.

Si fuera una flor, te pensaría con los pétalos.

Prefiero seguir siendo humana y sentir en los dedos la caricia rota de tus labios enteros, limpios, fugaces. Qué más da. El tiempo no retrocede. Y yo pienso también en ti con la nieve roja en el pulso. El frío permanece. Las palomas del muelle hacen hormigueros en el agua. Detrás de aquel barco se aleja la estela de tu voz [y el universo que te contiene

(los besos han huído de mí para salvarse
las nubes vuelan dentro de la luna imperceptible del alba
sueñan a solas los átomos
tu voz vuelve
las líneas de mis manos te obedecen a escondidas
¿Cuánto amor dejamos en el último mar?
¿Cuánta piel mudamos en la noche de las serpientes?
El deseo es un estado naciente de mundo,
un escalofrío del sol en la Antártida
- eres tormenta de luz y yo ave desorientada - )].

Siento la lluvia horizontal en el alma. Protegeré los pájaros. Resguardaré las plantas. Me llevaré la música a un desierto sonoro de caracolas blancas. Por si mañana no vuelvo, ya sabes que estoy en el refugio indestructible de tu cuerpo y sólo tienes que decirme aquella palabra mágica.

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