lunes, 13 de febrero de 2017

Pannacotta de queso y frambuesa


Me envuelves de nubes (las olas están lejos). Cien castillos de nieve se derrumban en tu boca. ¿Cuántos kilómetros de cielo nos corresponden ahora que nos miramos a los ojos y el tiempo ha pasado en un segundo? La vida es un verano, en tus labios.

Se cruzan todas las ciudades en esta planta 13: la parada de taxi de la Fontana de Trevi, el vértigo en el suelo de la Capilla Sixtina, los pequeños canales de Aveiro, aquel concierto de fado junto al Tajo, el edificio Dakota, Lisboa en el año 99.

Pasan los coches y los jardines. 

Siento la levedad de la hormiga. Eres hombre-luciérnaga iluminando mis pies en la noche.

I love jazz. La música se entretiene en tu voz. Las hojas vuelan dentro de mi alma. ¿Es amor o brisa? Miento cuando digo que miento.

Mantenemos el pacto de la carne, la luz única después de toda sombra corporal.

Mis manos han vuelto a desnudarse bajo tu sonrisa y asaltan las hogueras del futuro, caricia a caricia.







No hay comentarios:

Publicar un comentario