El sol llora en círculos concéntricos. El aire es una lágrima pequeña de la mañana.
Tiembla el arcoiris dentro de mi latido y te acercas para atrapar con tu respiración mis signos de agua. Me abrazo a tu árbol en llamas y caen sobre mí todas tus flores blancas.
Sonrío y te cuento cuál es mi manera favorita de estar bajo las sábanas: besando tus muñecas, llevándome tu pulso a la boca para multiplicar el tiempo y probar la eternidad antes de llegar a la Agencia.
La vida continúa en las nubes. Los pájaros vuelan sin prisa. Se encienden las luces de Silio y yo arranco el motor del coche.
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