miércoles, 15 de marzo de 2017

Humanos


Se acaba la luz y detrás vamos nosotros con piedras en el paladar. El cielo se está derrumbando y hoy, por fin, tengo los ojos azules. Siento en mi mano el dolor de todos los vuelos. Tu beso se quedó agonizando en el nido anónimo de mi pecho. Ahora conozco la respiración pura (vacía) de tu saliva. Si me llevas a un tejado de Oporto, prometo ser de nuevo aquella mariposa que te mordía los dedos para comprobar si aún éramos humanos.

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