Hay una flor roja junto al mar que sujeta tus labios a mi nombre.
Te he esperado en tantos abrazos... la vida, Cardiff, voces entre los dedos como un prolongado rezo de la carne, cielos escritos con la verdad de tus ojos, el bálsamo de tu beso que comprende mis contradicciones. ¿El blanco y el negro no son visiones complementarias de una misma idea?
Con el sabor del café aún en la boca, me rozas. Amanece con niebla. Menos mal que siempre me quedan los pájaros de tu sonrisa para retomar la existencia.
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