AZUL SOBRE AZUL,
así definías la flotación,
la ausencia de vértigo,
la paz de movimiento.
Y me sometías entre tus brazos
a la caída libre del espacio:
tu voz en mi piel,
mi silencio en tu tacto.
Y la melodía que deshace el dolor,
sonando.
No podré estar sin ti.
Y sólo me queda una vida,
para poder evitarlo.
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