Escalamos el aire. Tu aliento en mi ombligo es mi nueva manera de abandonar la Tierra. El mundo transcurre casi invisible cuando me respiras tan cerca. Me olvido de la fragilidad y el dolor. Mis lágrimas también te desean. Túmbate. Renueva tu voto de dulzura abriendo las piernas. Sin prisas - llevo la eternidad en la lengua- voy a romperte el silencio del agua. Cuando acabe, déjate caer sobre mí como si fueras un ala rota, una luna llena de rabia que se vacía en mi boca.
sábado, 17 de junio de 2017
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Te irás, la vida se definirá por otros gemidos, se abrirá la puerta a la inmensidad triste. © Laura Villanueva Guerrero
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