Otra lágrima más y se vacían todos los objetos del mundo en mi garganta. Siento ese dolor material que deja inmóvil la rosa nocturna del alma. Hubo un fuego que sobrevivía al invierno y ahora se muere como una hormiga sin lugar en la corteza de un árbol. Tantas palabras, y la vida es una realidad contenida. No hay marcha atrás cuando se intercambia la piel por el mar: sólo puedo respirar agua de otros, mientras mis huesos habitan un bosque de silencio submarino.
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Átame a tu aliento y emprende el viaje con mi voz en tu boca gritando palabras desde las nubes que innovan formas pasajeras. Des...
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Consiénteme los sueños esta noche en que siento el mar tan lejos como tus labios. Y cuéntame esa historia de hadas en las olas inventan...
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Te irás, la vida se definirá por otros gemidos, se abrirá la puerta a la inmensidad triste. © Laura Villanueva Guerrero
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