lunes, 4 de septiembre de 2017

Columpio y rosa




Tal vez el paso del tiempo se lleve esta luz salvaje que me abre los muslos hacia tu boca y me conceda la quietud, pero mi cuerpo vuelve a ser columpio y rosa, cada vez que me miras. Y se mueve mi aroma como una onda sobre ti. 

Respírame. Encuentra dentro de mí tu propio olor. 

La voz de la noche me susurra en el ombligo. Otra vez. Otra más. No importa que el mundo esté dividido en dos y el cielo sea la trampa de siempre protegido por una atmósfera que miente. No importa nada. 

Comienza de nuevo a rozarme los hombros y deja un escalofrío lento dentro de mi pensamiento. El futuro tendrá tu tacto. Y volaré como un pájaro en el canto inolvidable del recuerdo. 

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