Dibuja números en mi espalda, como solías hacer antes y respira el profundo ahogo de mi silencio. Estás tan cerca que comienza la fiebre carnal del aire. Yo sigo con esta ceguera selectiva. Sólo veo tu cuerpo. El imán de las nubes nos lleva a la cima del océano. Siento el incendio declarado por tus dedos, tu caricia en mi costado buscando un latido solitario. Ya están suspirando mis muslos. La primavera se balancea al borde de otro verano. La temperatura del movimiento se está elevando con tu voz encima mía. Llámame lluvia. Abarca mis labios. Echa a volar las luces abandonadas al final del espacio. Y quédate a mi lado cuando despeguen las estrellas y mi vida sea un lugar protegido en tus manos.
viernes, 8 de septiembre de 2017
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Te irás, la vida se definirá por otros gemidos, se abrirá la puerta a la inmensidad triste. © Laura Villanueva Guerrero
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