domingo, 10 de septiembre de 2017

En calma


En calma,
con la mejilla en tu espalda,
acariciándote el latido
después de recorrernos
como el aire salvaje sobre las olas
(molinos de mar).

Tu movimiento
es mi mayor fuente de energía.

Llega la noche.
Es demasiado tarde
para hablar de sentimientos.
Te quedarás dormido
mientras le arranco la última luz
a la oscuridad:
podrás seguir viendo estrellas
con los ojos cerrados.
Y me quedaré dormida yo,
con la boca a la altura exacta
de tu ombligo.




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