Estoy mareada. Un humo de verano aumenta el calor de la tarde. Y se me cansan las manos hinchadas. Los síntomas de la rosa han dado paso a la enfermedad estacional de no tenerte. Me ha subido el astigmatismo desde la ultima vez que nos vimos, el siglo pasado, cuando no nos importaba ser efímeros. Dime ahora qué somos. Una luz al borde de un temblor de cielo, el relámpago continuo del olvido. Ha caducado nuestra última oportunidad y noto que la Tierra sigue girando. Si vienes, hunde en mis labios la esperanza de un beso. Y corre las cortinas. Quiero encerrarme por fin en la noche abierta de tu cuerpo.
viernes, 29 de septiembre de 2017
El siglo pasado
Estoy mareada. Un humo de verano aumenta el calor de la tarde. Y se me cansan las manos hinchadas. Los síntomas de la rosa han dado paso a la enfermedad estacional de no tenerte. Me ha subido el astigmatismo desde la ultima vez que nos vimos, el siglo pasado, cuando no nos importaba ser efímeros. Dime ahora qué somos. Una luz al borde de un temblor de cielo, el relámpago continuo del olvido. Ha caducado nuestra última oportunidad y noto que la Tierra sigue girando. Si vienes, hunde en mis labios la esperanza de un beso. Y corre las cortinas. Quiero encerrarme por fin en la noche abierta de tu cuerpo.
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Te irás, la vida se definirá por otros gemidos, se abrirá la puerta a la inmensidad triste. © Laura Villanueva Guerrero
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