viernes, 8 de septiembre de 2017

Ven, ya puedes besarme


Sigue encendida la lámpara de mis labios,
lumbre que permanece, 
voz de fuego que consume océanos.  

Me he curado la herida del verso, 
la tristeza, 
la búsqueda hacia atrás del futuro. 

He encontrado la hélice de pétalos
que borra el desamor de las huellas 
y se instala como un renovado perfume en las manos.

Ya puedo mirarte detrás de las estrellas
y sentir, sin dolor, la nada huyendo por otro espacio. 

Vengo con la soledad innata de la vida
para compartir mundos rotos contigo. 
He salvado soles del mar y algún recuerdo. 
Puedo volar en tus pies 
y ser corriente eterna de tierra, 
amándote en las noches de invierno.

Ya puedo abrazarte
y desnudar mis flores frente a tu espejo. 

Antes también te quería, 
pero mi cuerpo era una sombra, lejos de la civilización. 
Ahora soy un pájaro de luz libre. 
He llegado al umbral del infinito para sembrar con el alma un rosal de latidos. 

Ven, ya puedes besarme. 
Flotarán todas las rosas
mientras yo muero alegre 
dentro de un interminable suspiro.


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