viernes, 8 de septiembre de 2017

Con los pies llenos de espuma


Con los pies llenos de espuma vuelvo a pensar en cómo recorrías mis extremidades con tu ansia oculta de movimiento. Lamías mis tobillos, mientras me hablabas de Heráclito y las contradicciones del mundo natural. Yo te decía que sí a todo, para que tu lengua se sintiera cómoda en mi piel. En esa entrega afirmativa de mi cuerpo, dejabas tu promesa líquida. Y al final de tu gemido, siempre creía oír un "no te preocupes, volveré.

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