sábado, 2 de septiembre de 2017
Nacen relámpagos
Nacen relámpagos de mi respiración.
Me besas en el cuello.
Y arden palomas de la paz en mis pechos.
Tus manos me traen el agua.
Me acaricias con vaho en los dedos.
Mi cuerpo es una luz que cae:
recoge
en tu boca
mi desmayo y mi deseo.
Después vuelve, sube,
si tropiezas con mi hombro, muerde.
Hazme curva ingrávida que se mueve
para colmar tu vacío de equipaje.
Y si vuelo, muerde otra vez
hasta que se me callen los ojos
y mis uñas hablen.
La luna es esa masa blanca
con la que TÚ sabes mostrarme
la enormidad de la noche.
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Te irás, la vida se definirá por otros gemidos, se abrirá la puerta a la inmensidad triste. © Laura Villanueva Guerrero
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