viernes, 28 de abril de 2017

Así, despacio, sin límites.



Así,
despacio,
sin límites. 

Despliego el sentido del tacto y la risa
permitiéndole al Tiempo detenerse o seguir.

Yo me instalo
como un pliegue más de tu piel,
entre tus piernas, 
buscando lugares conocidos para mi lengua.

Recoge el deseo de mis lágrimas


Por favor, recoge el deseo de mis lágrimas antes de llegar al mar y convertirse en substancia universal que genera partículas de vida. Bésame en la espalda, deja marcado el camino a casa, el cruce de mi existencia con tus labios. Lo sé. Alimentas estrellas con los ojos. Tú miras. Todo brilla, incluso la ausencia de luz. Y yo sueño con un mundo mejor entre tus brazos.

El secreto de los peces


Se marchita el fuego dentro de la rosa,
toda verdad encierra la libertad de tus labios, 
- el rojo amor que vuela entre nubes y pájaros -.

Mi sueño enfermizo con tus ojos
vuelve una y otra vez a mi pensamiento.
No soy yo quien ama o piensa,
todos los sentimientos pasan por mí
y se quedan atrapados en la tristeza.

Dónde suena el otoño de los árboles,
en qué espacio de enebros 
(el mundo natural:
los números descansan del infinito
y de mis suspiros eternos).

Llueve mar sobre mar, abismo circular
que contiene el secreto de los peces,
la vida subaérea.

Vuelve. Prometo no hablarte
del mundo celeste de los astros
después de desmayarme en tus manos.


Como una margarita violeta


Como una margarita violeta que nace de la última gota de la Tierra, late esta tarde mi corazón.  Con la agonía del agua que desaparece, una voz que se pierde o una luz que se olvida. Busco el resplandor después de la sombra, la pureza de la vida. Me uno a ti, sintiendo en el alma la humedad del dolor que termina. [El agua. La voz. La luz.] Dejo en la mesilla mis recuerdos tristes y te muestro la línea del futuro a su paso fugaz por mi boca. Si me besas, viajeremos juntos por una isla multitemporal. Tu y yo, y todos los universos.

jueves, 27 de abril de 2017

Toda iluminación tiene su sombra


La primavera, esta vez, tiene el calor exacto del vacío y entre mis manos juega la Memoria a ser planeta.

La otredad no se rinde ni en mi espalda, me fabrica ruedas con las que avanzar (las alas pertenecen a mis antepasados).

Sueño con pájaros de luz, con su vuelo rojo allá en el horizonte recreado en un cuerpo de mujer.

Y miro las estrellas alejarse unas de otras, expandiéndose el espacio detrás de mi nuca.

Toda iluminación tiene su sombra.



Noria

Me gustaba ver la Noria en el Muelle de las Delicias,
imaginar tu beso en la última cabina.

El aire giraba
y yo contigo
y yo en tus brazos.

Te quería desde el río,
lámina de luz viva inmóvil
en la que buscaba la corriente
de tus ojos
y sentía el escalofrío de toda la ciudad
cuando tu mano bajaba por mi espalda
hablándome del futuro.

Aún




Aún te veo en todos los lugares, 
zig-zag de referencia en mi vértigo.

Estás en el Parque de la Almendra. 
Te imagino ave 
que construye nidos en las manos 
para las soledades de mi cuerpo. 
Subo por los volcanes invisibles 
de tu recuerdo. 
Llego a la cima (sol y verbo).
Copos de lava se deslizan 
por el desorden del tiempo.

Tu voz es el agua dulce de las Termas,
la luz elevada del Monasterio.

En tus ojos encontré el mar
(la vida, la noche, el deseo). 
Y hoy no me queda de ti 
más que un beso, muriendo.

Vivo en tu dulzura


Vivo en tu dulzura, alfombra de sol que danza al ritmo del agua. Me muevo sobre tu luz crecida como un río que tiembla en su desembocadura. Me dices "te quiero" para detener mi prisa, pero yo continúo en el centro de este vuelo planetario. Acaricias mis párpados cuando sientes que se aproxima la huída de mi cuerpo al mar. Secas las rosas que caen de mis lágrimas. El brillo de mis ojos te nombra una vez más. Sueño con un lago de estrellas azules, cielo sonoro de partículas acuáticas. Y te abrazo, con el rubor calmado de mis mejillas enamoradas.

Voy a arrodillarme



He encontrado el orden de la vida en tu pelo despeinado. Hay unos cuantos versos en mis manos deseando desnudarte. Me muero por oler tu ropa con los labios. Después, confesar al latido de tus muñecas cuánto te pertenece mi cuerpo cuando despierto y aún no soy yo, porque arrastro la otra realidad de los sueños. 

Voy a arrodillarme e inundar la exaltación de tu carne con un largo y abnegado silencio. 

Dónde


Cómo duele tanto esta ausencia,
por qué se recrea bajo mi piel
la aguja de los recuerdos,
cómo se apaga mi corazón
para no sentir más,
cuándo se acaba la nube-pozo
de alquitrán por la que caminan
los huesos de mis sueños.

Dónde, amor, está tu boca.
Dónde están los besos muertos.

Pies y labios


Extiendo mi deseo sobre ti, como una lámina nocturna que busca flores con la boca. Sabes a ráfaga de vida, a lugar único, a primavera de lirios, a hoguera en mitad de la noche, a presencia inmediata. La aparición salvaje de tu carne me inunda de luces y soy estrella mojada esperando el anclaje de tu alma. Me muevo en tu sombra, animal de galaxia subterránea, hasta que me impregnas de soles blancos. Hoy es el día en el que decido quedarme a vivir en la Tierra, lamiéndote pies y labios.

miércoles, 26 de abril de 2017

Agonía sinfónica


Del dolor, aparto el infinito y lo cuelgo en mi oceánica lágrima azul. Me marcho a morir al espacio donde todo es aire rojo y la sangre de mi boca puede confundirse anónima con el crepúsculo. Allí te nombro con las manos y se deshace Marte: 

el pétalo de luz esperándote,
la agonía sinfónica de la última caricia
y un hilo de grito alrededor del cuello, 
ahogándome.

Dentro del espejo de rosas



Mirando el vacío, dentro del espejo de rosas, encuentro una carretera abstracta, formas en el aire que me ahogan. Y una espacial montaña gigantesca que se adentra en la Tierra. Vida de avestruz, escondiendo mis sombras.

El sol es de los otros. Las nubes descansan en otro planeta.

No hay pájaros, no hay amanecer frío o cálido. Sólo vacío y esa carretera.



martes, 25 de abril de 2017

Un mundo de caricias olvidadas


Una noche sin ti y he muerto en mi sueño para no volver a un mundo de caricias olvidadas. El tacto gira sobre sí mismo huyendo del olor a sol de tu cuerpo. En el nivel 2 de existencia, puedo elegir no sentir y sin embargo, sigo amando tus labios desconsoladamente.

lunes, 24 de abril de 2017

No puedo dormir



Estás en mis párpados  (flor, luz, giro, lugar). Intento dormir, pero me pesan las ensoñaciones. Doy vueltas a la noche (frío, dolor, duda, anhelo). Los tamaños huyen a un universo sin forma. Vuelve el mar a su pequeña ola. La naturaleza me envuelve en su transformación.  No puedo dormir, si no estás a mi lado y el mundo entero es el último vuelo de un átomo. 

Líquida luz


Tenías sed y todo mi cuerpo se hizo líquida luz.

En voz alta















Respiro abrazada a tu espalda,
sintiendo aún en la boca
el roce nocturno de tu aliento.

Ahora no hablamos.

Cerramos los ojos
y dejamos a los pies
pensar en voz alta.

No puedo marcharme


No puedo marcharme. El sol me acecha como un buitre. Pienso en mis alas antiguas y cómo se las entregué a tu espalda en nuestra última danza. Estoy atada a la noche (y a ti). Me muevo bajo un techo anónimo. No conozco esa lámpara. La puerta está abierta. Entra tu sombra. El ventilador gira despacio. Me dices al oído que vas a desatarme. Y yo me anudo otra vez, a tu lengua.

Llévate el cielo


Voy a arrastrarme
Llévate el cielo
Sólo necesito la tierra 
una idea de movimiento y tu cuerpo

Casi sin esperarte


Casi sin esperarte, has llegado con tu beso para llevarte la superficie de mi tristeza. (No he mirado atrás. Sé que me persigue la sequía del mar). Quédate en mis hombros llorando con mis lágrimas. Y muerde, hasta que sangre todo mi deseo.

domingo, 23 de abril de 2017

Ven


Ven, te he abierto una grieta de agua en mi interior. He dejado una luz de fuego en el lugar azul que ya conoces. La última vez, tu tacto se me trenzó dentro, como un grito en la nube que termina siendo lluvia. Y no te vayas después de sentir mi desvanecimiento. Seguiré siendo cristal indoloro en la suavidad de tu cuerpo.

Búscame


Búscame en el aire desesperado de un suspiro, en el origen de una lágrima, en ese instante en que el dolor rompe en contacto con la evolución de la vida. A veces descanso en el ángulo recto del infinito, cediéndole espacio a lo desconocido. Soy pétalo de estrella esperando a ser encendido por tu voz.  Vivo la ausencia de tu beso desde siempre. A mis ojos ya se les ha olvidado cómo era la luz. 

Te has enredado en mi tarde


Te has enredado en mi tarde. La brisa te ha nombrado tanto que suena el mar en las hojas de los árboles con un aroma a sal de vainilla. En mi piel arden pequeñas algas de primavera. Pienso en ti. Se aleja la noche, llegará en otro siglo. Ahora es imposible que anochezca, con la luz expansiva de tu boca.

En el fuego de un astro


Despierta, soñando. Tu voz en mi frente, dejando tu aroma en mis pensamientos. Bésame otra vez para volar en el fuego de un astro. El mundo se pliega. Un pájaro lleva la luz a las tinieblas. Y vuelvo a sentir que amanece (el lago de amapolas se abre) con tu abrazo.

Iríamos de la mano


Iríamos de la mano en una ciudad desconocida, con ángeles de ojos y alas verdes detrás nuestra. Yo te hablaría del caos y tú de la paz aleatoria. Buscaría tu beso cada dos minutos, después de cada sonrisa. Te amaría tanto que sentiría todo el vapor del planeta en mis venas y una lágrima de primavera recorriendo mi mejilla. Te abrazaría. Y diría adiós a la última sombra negra de la luna.

He perdido la noción de la fantasía


He perdido la noción de la fantasía cuando has protegido mis muslos con tus manos, salvándome del mal exterior y los pecados capitales del cielo. He suspirado en el idioma de tu aliento. Y he esparcido todas las flores de mi alma para que las recojas con la boca en el centro de mi cuerpo.

viernes, 21 de abril de 2017

Me miras


Tus ojos verdes, con su mar, rompen la soledad. Cuando hablas y el sol se para en mitad de un eclipse, regreso al origen de la luz. Me enredo con las olas que levantan montañas. Sobrevuelo el dolor de los otros. Disparo a reavivar. El mundo corre hacia las estrellas. Y todo es verde. Tus ojos. Con su mar.

jueves, 20 de abril de 2017

Pensamiento de permanencia


A veces se despliegan mis alas, pero son mis manos atadas al dolor, las que vuelan sobre tu cuerpo. Se desvanece mi sombra y surge la luz sometida al deseo. Si estás conmigo, sólo sé pensar con los dedos. El tacto se hace palabra roja en mis labios. Se abre cada idea, la flor nacida sin tiempo. Y no queda espacio entre los dos. La distancia sube a su paraíso de ausencia. Nos separa una canción quizá, el aire dormido. Y me besas con tu pensamiento de permanencia.

Una última luz




Una última luz latiendo en el último beso.
Tu lengua traía la lluvia negra.
¿Cuánta paz enjaulada murió en mi anhelo interminable de tenerte? ¿Cuánto fuego padeció la ausencia de tu aliento?

Todo me lleva a ti




Todo me lleva a ti.
La luz.
La noche.
La vida de las mariposas.

Iceberg en las manos


Así te has manifestado hoy, con un iceberg en las manos, enfriando mis ojos desde el mar. Ya no quedan aves nómadas en este anochecer. Me atraviesa el pecho la inclemencia de una búsqueda antigua. No voy a llorar. Se lo prometí a mi nube-pantano de referencia. Ya ha recogido todo el agua de mi dolor para inventar sus flores flotantes en el espacio.

He cortado una flor estrellada



He cortado una flor estrellada
para iluminar el aroma de la noche
y besarte despacio, imaginando
que el universo es un astro blanco
habitado de pétalos en vuelo.

Ya verás


Ya verás cómo después del futuro llega el pasado en el ciclo vital del recuerdo y tus labios vuelven a mi cuello como un sello de luz sentida.

[Los objetos pierden tamaño y forma. La nueva propiedad que invade la naturaleza es la invisibilidad. El Todo y la Nada se componen de la misma sustancia indivisible].

Te abrazaré y tú me dirás que aún es pronto para intercambiarnos la piel, la vida, los miedos, en una danza volcánica cerca del agua.

Vacío


Echo de menos tu cuerpo. Por las mañanas, me miro al espejo y siento a mi lado un vacío sólido que no me deja cepillarme los dientes. Un vacío de hierro, lleno de lanzas, que me persigue cuando te pienso. 

El canto nocturno


Me acompañas en el recorrido superior de mis piernas, buscando los milagros de la creación, entregándome con suavidad la voz de tus dedos, el canto nocturno, el abandono de tu cuerpo a mi única esperanza, el calmado grito interior, la lluvia afrutada de todos los astros, la unión abstracta de tus pies y mis labios. Y mi ombligo se contrae para la provocación consentida de un nuevo incendio sobre el agua.

Eres luz dentro de la lágrima


Eres luz dentro de la lágrima, fuerza sumergida en la quietud del aire. Tu beso se eleva por encima de la verdad y el tiempo. En tu boca siempre hay una flor que muere sola, en la pausa consciente del rocío. He aprendido a controlar la pasión de mi espalda desbocada. Ahora va hacia ti. Recíbela con la respiración curvada de tu cuerpo.

¿El sol está violeta?


El cielo ya no se encuentra en estado moldeable a las figuras de mi imaginación. Se escapan las nubes dentro de un globo. Su peso hunde el aire a su paso y yo, pequeña alga traslúcida, temo su caída sobre el agua evaporada del planeta. 

Hay luz en la cara oculta de aquella roca y giro para alcanzar un calor azul que no me corresponde.

La calidez es un recuerdo sin forma.

El dolor tiene múltiples manifestaciones. Y una de ellas es el vacío blanco que persigue las horas de una madrugada gélida. Diciembre es un castigo y merezco este mes por todos los pecados del Hombre.

¿Ves los átomos dispersarse para crear nuevos mundos? El big-bang invisible otra vez ante nuestros ojos.

La vida se expande, fina como un hilo, y en su tela me enredo sin experiencias ni sentidos.

Y ahora regresas, para despertar la momia de mis caderas y mi lengua, invocando a una Cleopatra que nunca existió en esta dimensión. Puede que fuera egipcia en mi anterior vida, pero en ésta soy flor seca, gastada como una hoja pisada por el otoño y sus hijos. 

Las paredes son de agua y navego sin espacio ni remos, venciendo a las olas cotidianas agrandadas por el viento de tu pulso inesperado.

Llamas al Bien por su nombre abstracto y pierdes la voz. El lenguaje se rebela en su trastero apulgarado. 

Y un llanto de lana pronuncia lágrimas que no duelen. Pero están y eso no se olvida (aunque se quiera).

La Verdad es un estado del océano y siento la llamada de la profundidad para purificarme: paz azul de espuma en la renovación sobrevenida de mi sangre.

Y las sombras, entre rejas, se revuelven como un cadáver vivo dentro de un ataúd estrecho. Allí persisten todas, detrás de los barrotes. Llámalas carne o cuerpo. Qué más da cómo las identifiquemos. Todo es relativo, prescindible, mutable y perecedero. 

¿El sol está violeta o es la redención de mi mirada que satura los colores después de un largo invierno?

¡Vuelve!

¿Dónde estás, amor? ¿En qué lugar de la omnipresencia de las estrellas?


El viento oscuro se ha llevado la Ola en la que solía pensarte. Un lamento de la luna rueda silencioso en mis hombros. Canta el mismo murciélago en el espacio sombrío de mi tejado.

¿Dónde estás, amor? ¿Cuántas ausencias has poblado?

La vida es hoy un lazo desatado de tu cuerpo y el mío, verdad partida en dos, infinito concentrado en un milímetro de tiempo, dolor extendido por una atmósfera cabizbaja.

[No quiero otro roce de la existencia
que no sea tu lengua en mi nuca,
el calor redondo de tu aliento detrás mía, 
luz en el recuerdo, 
tu verbena vaciándose 
en el desorden aleatorio de mi movimiento. 
Pensar en ti sobre ti, 
formulando la ley del caos contemplativo 
con el golpe vertical de tu latido. 
Ser el vuelo de la carne, 
la oblea permeable del deseo.]

Existes más allá de mi pensamiento, lirio encerrado en el aire de la península, jamás reducido a ¡vuelve!. Vuelve a mis labios con tu hélice de números y fonemas embriagados de solsticio de invierno.

miércoles, 19 de abril de 2017

Traerás tu luz al mar



Traerás tu luz al mar,
adornarás mi piel
con diademas de agua,
me envolverás
con un ovillo de noche celeste.
Y se desbordarán mis ojos
de Paz.

Te he querido demasiado


Te he querido demasiado, con todas las ataduras de mi alma y las posturas enamoradas de mi cuerpo. Pero el amor no funciona a tantos metros de altura. Siempre sobre el mar. Siempre sobre el cielo. Y tú y yo trenzándonos en el mismo nudo, para confundirnos con el origen del fuego. Calor en los ojos y sombras huidizas en los dedos. El sol en cada selva trepando hasta tus labios para conocer la verdadera luz. Debería haberte querido más. Vaciar el mundo de estrellas. Y dejar tu aliento como única prueba de vida de la galaxia entera.

La tarde


Tu voz duerme en mis párpados,
recordando
las luces pequeñas del mediodía,
el sol omniceleste, 
el balanceo de las hojas en las olas del aire. 

Los pájaros, 
en su melodía de la calma, 
sobrevuelan la Polinesia de una estrella viva.

Es tan hermosa la Tierra
cuando la gravedad me abandona...

Abro los ojos 
-el mundo se mueve de derecha a izquierda-. 

Me abrazas 

y despiertan luciérnagas fugaces 
iluminando las lágrimas de la tarde.

No sólo mi beso



No sólo mi beso
te espera en la noche,
también el mar...
y sus estrellas de agua
encendiendo las olas.

No sólo mi caricia te aguarda
en esta vida y en la otra,
un suspiro de luna creciente
nos aleja de la muerte y sus sombras.

No sólo mil versos
de amor
te nombran,
también mi alma y su voz
en cada una de sus rosas.

Por fin lo he detenido



Por fin lo he detenido
A las 8 de la tarde
Justo en el principio húmedo de tu beso, 
para que mi vida transcurra exclusivamente
en el tiempo rojo de tus labios.

Sueño inventado


La luna se deshace como una nube más que pasa. La noche ha dejado de ser turquesa. Están creciendo margaritas en las olas y una espuma de pétalos rompe en la orilla del Océano Atlántico.

¿Cuánta distancia podrán soportar mis manos? 

El olvido me pone trampas en cada esquina y yo recuerdo irremediablemente tus labios. Muero y revivo en el mismo instante. Vuelve la ausencia cada vez que respiro. Mi voz sangra en el regazo atormentado de la palabra. Separo verdades y mentiras del mismo tallo. Persigo tu boca para clavarme tu saliva en los brazos. 

Si te has marchado para siempre, ¿no estarás en la eternidad junto a mí?. 

Sólo peces y astros danzarán alrededor del fuego ultrahumano. Contaré las estrellas que brotan de la tierra. Oiré el silencio infinito de los pájaros. Y te esperaré, aunque tú sigas pensando que vivo en mi propio sueño inventado.

martes, 18 de abril de 2017

¡Cuánto amor siente una luciérnaga!



Hay tanta luz y tú estás tan lejos como el anhelo trasatlántico de un pájaro. Me he dado la vuelta a la piel para buscarte y te he encontrado en el pequeño sueño rojo de mi sangre, en el impulso de mi propia vida, donde nacen unidos la rabia y el deseo. Todo confluye para que mis brazos se agarren al último aliento de un astro. El cielo cae despacio mientras miro pasar el tiempo en las células del aire. 

Si esta noche decides ser un beso que se desplaza a una estrella
y cortas los hilos que te sujetan a la tierra
y necesitas un cuerpo para tu próximo viaje
y vuelas
y traes a mis manos un mar esponjado por tus labios de fuego
y miras atrás para olvidarte del futuro
y creces en un latido compartido de la humanidad (el progreso)
y desatas el volcán latente de los lagos
y llevas mariposas blancas a los cerezos
y respiras oxígeno de agua
y no puedes evitar traicionar tu unicidad subiendo por mis piernas
y construyes una barrera para contener la llegada de la oscuridad
y gritas conmigo "¡cuánto amor siente una luciérnaga!"
y caes en una envolvente nube de amapolas para esperar mi boca.

Si esta noche me nombran tus ojos, cóbrate el movimiento del universo debajo de mi espalda.

domingo, 16 de abril de 2017

Cuando no cuente los días en que pienso en ti



Cuando no cuente los días en que pienso en ti
y la madrugada no frene en seco en mi garganta
y no quiera coger todos los trenes
que llevan a tu pecho y ser palabra invisible,
detrás de tu oído, rozándote.

Cuando la noche sea noche
y ponga la tele
y el sofá no me quede grande
y la vida no sea un juego ajeno
detrás de los cristales.

Cuando el horizonte no recoja
la agonía absoluta de mis labios
y alguien encuentre mi dolor abandonado
dentro de un sobre.

Cuando te olvide, vuelve a besarme.

Con tu saliva entre mis dedos



Con tu saliva entre mis dedos,
el mundo se hace silencio.
Lo recorro de puntillas
cuando sueño y te beso.

Sentada sobre ti, me pierdo
en el tholos vertebral de tu espalda,
en la suavidad que me protege
del irremediable transcurso del tiempo.

Proyectas la concentrada sombra
de todo tu cuerpo
en mi triangular luz
y regreso
de mi último viaje astronómico.

En la nueva percepción,
del movimiento que descubro
entre tus brazos,

(sí, muévete en mí,
como en el amanecer mil pájaros)

descanso

y dejo de preguntarme
si existe vida inteligente en otros planetas.

Junto a la primera lámpara encendida de la noche

La hora violeta. Fotografía de Juan Laborda Barceló


Junto a la primera lámpara encendida de la noche, allí estoy, pensando en tus manos, recordando la vendimia furtiva que le hacías al cielo con tu luz, recibiendo la ausencia de sol en mi pecho.

Los bordes de los edificios huyen hacia el mar en un astigmatismo del sentimiento. ¿Cuál es el sentido del anochecer desde que te has marchado a los jardines prohibidos de Júpiter? Sabes que tengo vértigo y sólo puedo mirar hacia abajo desde tus labios, sintiéndome hormiga que juega en el reloj de tu muñeca derecha. 

No importa cuántos caminos lleguen mañana a mis ojos, siempre despejaré la encrucijada existencial con la memoria de tu aliento.


viernes, 14 de abril de 2017

Te irás

Te irás como cualquier luna llena y yo me quedaré en mi espacio de aves, junto al río, enlazando anocheceres turquesas. 

Todo se detiene. Siento con los ojos cerrados la huída del cielo. ¿Hacia dónde va el viento con tu nombre?

Pasaron las noches de luz entre tus brazos, el grito del tiempo arrinconado por la fuerza del mar, la dulzura de la brisa dejándose caer en tu cuello.

Te irás. Y mi alma será una flor dormida dentro de tu cuerpo.

miércoles, 12 de abril de 2017

Piérdete en mi desvelo



Piérdete en mi desvelo 
como un viaje hacia lo inmaterial 
y abraza la luz de mi último sueño: 
contiene tus labios.

Y sentir tu beso




Y sentir tu beso dentro de mi propio suspiro, desnudarte los dedos para iniciar la dulce liberación de mis nidos

cambiar de sitio el sol (tu boca)
aislar el calor en la nube fragmentada por el deseo,

rompernos juntos, hasta ser un último cristal del universo, repartir las pertenencias: yo me quedo para siempre con el rojo pensamiento que me une a tus labios.

Y después oir la risa de la luz, cuando andas en mis fantasías imponiendo la realidad de tus manos.

lunes, 10 de abril de 2017

Con tu nombre


Cada mañana,
con tu nombre en el pulso
intento empezar el día,
con tu nombre en mi mirada
intento empezar el día,
con tu nombre en la boca
intento empezar el día.

Rodeada de mar y olvido,
soy isla. Permanezco
- como una voz muriendo
al abandonar la palabra -
en el lugar donde me encontraste
deshilachada,
en la coordenada común
del abrazo, la belleza y el abismo.