Mi cuerpo pertenece a tu voz y a la distancia. El mundo renuncia al pasado cuando nos miramos a través del sol. ¿Cuántos continentes hemos partido en cada beso? Por cada vuelta de la Tierra, una hoguera más y es interminable esta pasión desgarrada que me nace en las alas. Si no puedo estar sin ti, llévame a esa estrella para sufrir lejos, que no me vean morir de fuego los pétalos del agua. Cierra el mar. Vacía mi alma. Deja sólo el alquitrán del sentimiento.
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