Te he querido demasiado, con todas las ataduras de mi alma y las posturas enamoradas de mi cuerpo. Pero el amor no funciona a tantos metros de altura. Siempre sobre el mar. Siempre sobre el cielo. Y tú y yo trenzándonos en el mismo nudo, para confundirnos con el origen del fuego. Calor en los ojos y sombras huidizas en los dedos. El sol en cada selva trepando hasta tus labios para conocer la verdadera luz. Debería haberte querido más. Vaciar el mundo de estrellas. Y dejar tu aliento como única prueba de vida de la galaxia entera.
miércoles, 19 de abril de 2017
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Te irás, la vida se definirá por otros gemidos, se abrirá la puerta a la inmensidad triste. © Laura Villanueva Guerrero
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