Hace tanto que no vienes a mis labios. La ciudad nos separa. Los puentes están cerrados y aunque vuelo por encima de la alameda, este sueño de mi cuerpo bajo tus cien alas, pesa más de 42 gramos.
Es tarde. Duermen las mariposas. El río se deshace junto a la avenida (el cielo también tiene su corriente malva de estrellas). Me pregunto por el futuro. Quizá pienso demasiado cuando recuerdo la intención de tu beso debajo de mi cintura.
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