domingo, 16 de abril de 2017

Con tu saliva entre mis dedos



Con tu saliva entre mis dedos,
el mundo se hace silencio.
Lo recorro de puntillas
cuando sueño y te beso.

Sentada sobre ti, me pierdo
en el tholos vertebral de tu espalda,
en la suavidad que me protege
del irremediable transcurso del tiempo.

Proyectas la concentrada sombra
de todo tu cuerpo
en mi triangular luz
y regreso
de mi último viaje astronómico.

En la nueva percepción,
del movimiento que descubro
entre tus brazos,

(sí, muévete en mí,
como en el amanecer mil pájaros)

descanso

y dejo de preguntarme
si existe vida inteligente en otros planetas.

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