Aún te veo en todos los lugares,
zig-zag de referencia en mi vértigo.
Estás en el Parque de la Almendra.
Te imagino ave
que construye nidos en las manos
para las soledades de mi cuerpo.
Subo por los volcanes invisibles
de tu recuerdo.
Llego a la cima (sol y verbo).
Copos de lava se deslizan
por el desorden del tiempo.
Tu voz es el agua dulce de las Termas,
la luz elevada del Monasterio.
En tus ojos encontré el mar
(la vida, la noche, el deseo).
Y hoy no me queda de ti
más que un beso, muriendo.
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