jueves, 20 de abril de 2017

¡Vuelve!

¿Dónde estás, amor? ¿En qué lugar de la omnipresencia de las estrellas?


El viento oscuro se ha llevado la Ola en la que solía pensarte. Un lamento de la luna rueda silencioso en mis hombros. Canta el mismo murciélago en el espacio sombrío de mi tejado.

¿Dónde estás, amor? ¿Cuántas ausencias has poblado?

La vida es hoy un lazo desatado de tu cuerpo y el mío, verdad partida en dos, infinito concentrado en un milímetro de tiempo, dolor extendido por una atmósfera cabizbaja.

[No quiero otro roce de la existencia
que no sea tu lengua en mi nuca,
el calor redondo de tu aliento detrás mía, 
luz en el recuerdo, 
tu verbena vaciándose 
en el desorden aleatorio de mi movimiento. 
Pensar en ti sobre ti, 
formulando la ley del caos contemplativo 
con el golpe vertical de tu latido. 
Ser el vuelo de la carne, 
la oblea permeable del deseo.]

Existes más allá de mi pensamiento, lirio encerrado en el aire de la península, jamás reducido a ¡vuelve!. Vuelve a mis labios con tu hélice de números y fonemas embriagados de solsticio de invierno.

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