Te irás como cualquier luna llena y yo me quedaré en mi espacio de aves, junto al río, enlazando anocheceres turquesas.
Todo se detiene. Siento con los ojos cerrados la huída del cielo. ¿Hacia dónde va el viento con tu nombre?
Pasaron las noches de luz entre tus brazos, el grito del tiempo arrinconado por la fuerza del mar, la dulzura de la brisa dejándose caer en tu cuello.
Te irás. Y mi alma será una flor dormida dentro de tu cuerpo.
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