sábado, 4 de noviembre de 2017

Exorcismo


Como un espíritu con asuntos pendientes
toco mi ropa
y me asaltan recuerdos atados
al tejido.

Empiezo el exorcismo:
digo tu nombre despacio,
mis labios aguantan la embestida,
sigo respirando,
incluso existiendo,
me sacude de golpe
un beso,
tu mano,
aquel te quiero mucho
tan lleno de infinito.

La casa se desvanece
en un intento de olvidarte,
como si se pudiera.

Me siento en la escalera
con tu voz, la tuya,
en la garganta.

Me concentro,
voy expulsando tu risa
de mi oido, de mis dedos.

Y por fin lo consigo,
avanzo,
veo penumbra al final del tunel.

Ahora sé qué se siente al morir,
porque te has ido.

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