viernes, 3 de noviembre de 2017

Pulso felino


Hoy tengo el pulso felino.
Merodeo alrededor de tu cuerpo,
hasta elegir un regazo de luz
para mi soledad.

Y allí me quedo,
lugar cierto, paraíso humano
con el que sueñan mis dedos.

Quiero tocarte con el aliento,
recorrerte despacio hasta maullar en tu cuello.
Después bajar para oír el eco de mis labios
en tu pecho.
Besarte con un nuevo movimiento circular,
expandir precipicios de agua
sobre tu lengua.

Te hablaría del mar en invierno,
de cómo los pájaros se enhebran
en la orilla formando un hilo de paz.

Esa sensación de progreso
es lo que me lleva a ti una y otra vez,
creando una postura
más enlazada, única, nuestra,
una caricia que te haga volar en el suelo.
Sí, busco tu grito desesperado en mitad de la tarde,
seguido de mi nombre,
tal vez susurrado, al borde de mis tobillos.

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