miércoles, 1 de noviembre de 2017

Síndrome de abstinencia




Tengo el síndrome de abstinencia
de tu sombra.
Le paso la lengua a la noche
por si estuvieras detrás de la oscuridad,
muro, polvo o fruta madura
que, virgen, ansiara el primer mordisco.

Llega noviembre con las mismas ausencias.
Estás en las estrellas como una idea fija de luz,
tan blanco el recuerdo que ciega.

Empiezo a sentir el desmayo nocturno,
queriéndote,
con los dedos abiertos a la herida de la caricia.
Pero no vienes.
Tampoco caen las hojas de los árboles,
hipnotizadas por este largo verano.
No vienes
y noviembre termina antes de que comience.

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