viernes, 10 de noviembre de 2017

HANG



Y respiro con la voz de tus manos
tanta música del mundo,
hablando de lugares que no conozco
y de sueños fuera de mi alcance.

Si me concentro,
puedo viajar lejos
hacia continentes aún no inventados
que no aparecen en los mapas convencionales.

Suena la melodía de la rosa azulada,
florece el canto de los pájaros,
los astros son olas de mar brillando.

Recuerdo el primer beso, aquel abrazo,
el tiempo avanza y esta vez no me resisto
a su paso.

Un golpeteo del viento, el ritmo inacabable
del susurro, la cadencia sonora del silencio,
la pausa de las cosas antes de volverse bellas,
el grito acallado por un paisaje.

Y así caigo en una danza hipnótica:
mis dedos dibujan islas,
llevo en la cintura nubes de agua.

El movimiento también me sucede dentro,
como una floración del anhelo.

La vida es armoniosa, libre, pura.

Sigue sonando el Hang...

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